Pie Diabético


La polineuropatía es una complicación frecuente de la diabetes: puede aparecer en al menos un 20% de las personas diabéticas. El diagnóstico precoz es importante porque más de la mitad de estos pacientes pueden estar asintomáticos, y tienen un mayor riesgo de presentar úlceras, infecciones y amputaciones. Se recomienda realizar una exploración del pie a todos los pacientes diabéticos para detectar una polineuropatía; anualmente, o con mayor frecuencia si la persona tiene un riesgo alto de padecer úlceras.


Úlcera Neuropática


Definida como la existencia de ulceración en un punto de presión o deformación del pie, presenta tres localizaciones prevalentes: primer y quinto metatarsiano en sus zonas acras, y calcáneo en su extremo posterior. Son ulceraciones de forma redondeada, callosidad periulcerosa e indoloras. Existe una alteración de la sensibilidad. La perfusión arterial es correcta, con los pulsos periféricos conservados.

Úlcera Neuroisquémica

Necrosis inicialmente seca y habitualmente de localización latero-digital, que suele progresar de forma rápida a húmeda y supurativa si existe infección sobreañadida. Generalmente los pulsos tibiales están abolidos y existe una neuropatía previa asociada. Dolorosas, aunque depende del grado de neuropatía coexistente. Localización más habitual en el primer dedo, superficie lateral de la cabeza del quinto metatarsiano y talón.

Pie Diabético Infectado

Clínicamente es posible distinguir tres formas, que pueden cursar de forma sucesiva, pero también simultánea: celulitis superficial, infección necrotizante y osteomielitis.

             Celulitis Superficial: en un porcentaje superior al 90%-95% está causada por un único germen patógeno gram positivo, que generalmente es el estafilococo aureus o el estreptococo. Puede cursar de forma autolimitada, o progresar a formas más extensas en función de la prevalencia de los factores predisponentes.
 
             Infección necrotizante: afecta a tejidos blandos, y es polimicrobiana. Cuando se forman abscesos, el proceso puede extenderse a los compartimentos plantares.
 
             Osteomielitis: su localización más frecuente es en los 1, 2 y 5 dedo, y puede cursar de forma sintomática, pero no es infrecuente que falten los síntomas y signos inflamatorios, siendo a menudo difícil de establecer su diagnóstico diferencial con la artropatía no séptica. En este sentido, la exteriorización ósea en la base de una ulceración tiene un valor predictivo del 90%.

Artropatía neuropática

Clínicamente se manifiesta por existir fracturas espontáneas que son asintomáticas.

Radiológicamente se objetiva reacción perióstica y osteólisis.
En su fase más avanzada o final da lugar a una artropatía global (Charcot), que se define por la existencia de la subluxación plantar del tarso, la pérdida de la concavidad medial del pie causada por el desplazamiento de la articulación calcáneo-astragalina, asociada o no a la luxación tarsometatarsal.
Presenta una fase precoz no infecciosa, con eritema y edema, sin cambios radiológicos.

Las úlceras diabéticas también han sido clasificadas por Wagner según su severidad: (gravedad, profundidad de la úlcera, grado de infección y gangrena)

Prevención

1.            Inspección diaria del pie para detectar lesiones ampollosas, hemorragias, maceraciones o escoriaciones interdigitales. Se utilizará un espejo para la inspección de la planta y talón.
 

2.            Antes de proceder a calzar el zapato, inspeccionar con la mano su interior para detectar resaltes, costuras con rebordes o cuerpos extraños, que deberán ser eliminados,
3.            El calzado idóneo es aquel que cumple estos principios básicos:
  - Absorción de la carga mediante plantillas elásticas.
  - Ampliación de la carga por distribución de la presión en mayor área.
  - Modificación de zonas de apoyo conflictivas.

4.            Las zapatillas de deporte que tengan estas características son las más adecuadas para los paseos.
5.            Cambiar los calcetines y los zapatos dos veces al día.
6.            No caminar nunca sin calzado. Utilizar zapatillas amplias en lugares como la playa o piscina.
7.            No utilizar nunca bolsas de agua caliente o almohadillas eléctricas para calentarlos.
8.            No utilizar nunca la resección de uñas encarnadas o callosidades. Acudir al podólogo.
9.            No apurar el corte de las uñas, sino hacerlo de forma recta y limarlas suavemente.
10.          Lavar los pies con agua y jabón durante cinco minutos. Proceder a un buen aclarado y un exhaustivo secado, sobre todo entre los dedos.
11.          Antes de utilizar agua caliente en la higiene de los pies, medir la temperatura con el codo.
12.          Aplicar crema hidratante después del baño.
13.          Notificar a su enfermera o médico la aparición de hinchazón, enrojecimiento o ulceración, aunque sea indolora.

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